El tejido adiposo, en particular el visceral, tiene predisposición a la inflamación y la secreción de citoquinas que alteran la señalización de la insulina, lo que son factores de riesgo importantes para el desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes mellitus de tipo 2.
Además, la obesidad es un importante factor de riesgo de estas enfermedades debido a la inflamación sistémica crónica de bajo grado que impide la acción de la insulina en el tejido.
Se ha descubierto que las dietas con un alto potencial inflamatorio aumentan el riesgo de diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares tanto en hombres como en mujeres.
La inflamación crónica de bajo grado se ha relacionado con enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes de tipo 2. Es importante controlar las dietas inflamatorias para reducir el riesgo de estas enfermedades.
En conclusión, la diabetes tipo 2 es un trastorno metabólico que puede tener graves consecuencias para nuestra salud. La inflamación es un factor clave que contribuye al desarrollo de complicaciones en la diabetes tipo 2.
Las dietas basadas en plantas pueden ser una intervención potencial para reducir la inflamación y mejorar los resultados en individuos con diabetes tipo 2.
Es importante controlar las dietas inflamatorias para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer asociado a la diabetes de tipo 2.