La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica autoinmunitaria que causa inflamación en las articulaciones y puede afectar a otras partes del cuerpo, como los pulmones, el corazón y los ojos.
En la AR, el sistema inmunológico del cuerpo ataca erróneamente las células sanas, especialmente en las membranas sinoviales que rodean las articulaciones, causando inflamación y daño en las articulaciones.
Los síntomas de la AR pueden incluir dolor, rigidez y hinchazón en las articulaciones, fatiga, pérdida de peso y fiebre. La enfermedad puede progresar y causar daño permanente en las articulaciones, lo que puede limitar la capacidad de movimiento de una persona y disminuir su calidad de vida.
Si se sospecha de AR, es importante buscar atención médica para recibir un diagnóstico preciso y comenzar el tratamiento lo antes posible para minimizar el daño en las articulaciones y mejorar la calidad de vida.
La artritis reumatoide (AR) puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más común en personas de entre 30 y 50 años. Sin embargo, también puede afectar a niños y ancianos. La edad de inicio de la AR varía mucho, y puede comenzar en la adolescencia o en la vejez.
Las mujeres son más propensas a desarrollar AR que los hombres, y la enfermedad puede ser más grave en las mujeres. Además, las personas que tienen antecedentes familiares de AR tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Es importante tener en cuenta que la AR es una enfermedad crónica y progresiva, lo que significa que los síntomas pueden empeorar con el tiempo. Por lo tanto, es importante recibir un diagnóstico y tratamiento tempranos para controlar los síntomas y prevenir el daño en las articulaciones.